Description
El verano tenía otro ritmo cuando no existían tablets ni pulseras de actividad. Bastaba con un bañador algo apretado, un gorro de natación que dejaba marca en la frente y un flotador heredado de un primo mayor. Ese es el universo que rescata Carmen Roncero en esta pieza: un niño en silencio, con el gesto contenido, como esperando la señal para lanzarse al agua.
La escultura está realizada en cerámica modelada y pintada a mano, con esa calidez imperfecta que la artista deja a propósito: rodillas sonrojadas, la textura de la piel, los colores mate del traje de baño. El flotador —negro, grande, casi desproporcionado— parece tener más memoria que el propio niño, como si guardara dentro todas las tardes de río, las carreras en la orilla y la mezcla de miedo y emoción antes del primer chapuzón.
Lo fascinante es cómo esta obra dialoga con nuestra propia nostalgia. Muchos reconocerán en ella una escena de infancia: el olor a crema solar espesa, las aletas demasiado grandes, la espera interminable mientras los adultos charlaban bajo la sombrilla. En un tiempo donde casi todo se mide y se acelera, esta figura detiene el reloj y nos devuelve al momento previo a un salto al agua.
Carmen Roncero trabaja siempre desde la memoria y el detalle cotidiano. Sus esculturas no son meros objetos decorativos, sino fragmentos de historia personal que conectan con cualquiera que se acerque a mirarlas con calma. Colocar esta pieza en un espacio es como abrir una ventana a un recuerdo compartido: íntimo y universal a la vez.
En Deco for Curious cuidamos cada obra de Carmen Roncero como lo que es: una pieza única, pensada para quienes buscan rodearse de objetos con alma y memoria.
Más información sobre la artista:
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