Description
Hay imágenes que huelen. Esta, por ejemplo, huele a domingo. A café recién hecho, tarta de chocolate y esa sobremesa que nadie se atreve a terminar del todo. Una cucharilla que sigue en la mano aunque la taza esté vacía. Un “¿queda otro trozo?” dicho casi en voz baja.
“Tarta y café” es una de esas escenas que Pili Iglesias borda con su manera de mirar. Tela sobre tela, gesto a gesto. Sobre un fondo verde con florecitas —como esos manteles que todos hemos visto alguna vez— se reparten los protagonistas: la tarta con nata, la pala de servir, el plato con el trozo cortado, la taza humeante. Hay algo doméstico, sí, pero también una especie de poesía de lo pequeño.
Todo está cosido a mano, con tejidos recuperados. Y no es casualidad. Hay una intención clara en cada textura: el peso de la cuchara, el brillo del café, el silencio mullido que dejan los bordados cuando no dicen nada pero lo cuentan todo. Pili no decora. Compone recuerdos.
Este cuadro no pide pared. Pide conversación. Pide hueco en una cocina vivida, en un comedor con risas de fondo o en un rincón donde a veces te sientas a pensar en nada mientras se enfría la taza.
Y si al mirarlo has sentido algo parecido a una sonrisa o a un recuerdo —aunque no sepas de dónde viene—, quizá esta pieza esté hecha justo para ti.
Hazla tuya. Cuélgala en ese lugar que ya se lo estaba imaginando.
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