Description
Hay objetos que no están hechos para llenar huecos en una pared, sino para habitar el tiempo. Esta tabla de matrimonio antigua, llegada desde Keil, Alemania, en pleno siglo XIX, es uno de ellos.
En 1864, una pareja grabó aquí su unión. Sus nombres, la ciudad, el año… todo pintado a mano con delicadeza casi devocional. No sabemos si fue un regalo de boda, un gesto de amor del padre de la novia o un encargo lleno de nervios y esperanza. Pero lo que sí sabemos es que ha sobrevivido más de 150 años como testigo mudo del amor en tiempos sin wifi, sin selfies, sin prisas.
Este tipo de tablas de matrimonio pintadas a mano del siglo XIX fueron populares en Europa, especialmente en zonas rurales de Alemania y Francia. Se colgaban en las casas como recuerdo sagrado del compromiso, decoradas con motivos florales, corazones y caligrafía ornamentada.
Y ahora está aquí. No para quedarse en una vitrina, sino para contar su historia en tu salón, tu rincón de lectura o quizás… en esa pared que pide una pieza con alma. La pintura conserva su viveza con ese desgaste que no resta belleza, sino que la multiplica.
No es perfecta. Pero como todo lo que merece la pena, lleva las cicatrices del tiempo y una calma antigua que ya no se fabrica.
¿Te imaginas colocarla como parte de una decoración de boda vintage alemana? ¿O combinarla con textiles rústicos, vajilla antigua o retratos en sepia? Hay piezas que no se compran: se adoptan.
Puedes venir a verla en persona o consultarnos en nuestra tienda online. No está sola… hay otras piezas esperándote.
This post is also available in: Inglés