Una mesa bonita no está sujeta a ninguna norma, una mesa bonita es fruto de la creatividad, de jugar con lo que tenemos y de la utilización de alguna pieza especial, como unos platos que llamen la atención, un mantel especial o un original centro de mesa.

Las mesas más bonitas siempre tienen alguna pieza antigua que puedes mezclar con otras más comunes. Puedes poner una mesa cuidada mezclando lo que ya tienes en casa con tu nueva adquisición más especial. Una mesa bonita crea sensaciones a tus invitados por lo que tenemos que preparar la mesa con el mismo mimo que la comida, debemos cuidar los detalles y elegir bien las piezas que ponemos en la mesa. Una mesa bonita no está reñida con la variedad por lo que si la vajilla o cristalería que tienes no es suficiente puedes jugar con platos o vasos diferentes.